La zona congregó inicialmente fábricas que, incluso,
tenían su propia ciudadela, como fue el caso de la factoría de cristales
La Industria, fundada en 1844. En el paseo de Begoña también se
instalaron la fábrica de fundición Laviada y Compañía (1850), conocida
popularmente como 'La Begoñesa', o las fábricas de chocolate La
Industria (1877) y La Primitiva Indiana (1860).
El propio desarrollo de Begoña hizo que la capilla
construida en el lugar a finales del siglo XIX -tras la demolición en
1877 de la ubicada en el callejón de La Perseguida- fuera muy codiciada
por las órdenes religiosas y en 1904 fue cedida a la comunidad de María
Reparadora, que la mantuvo hasta 1931. A continuación fueron los
carmelitas descalzos quienes se hicieron cargo del templo, con el
paréntesis de la guerra civil. La notoriedad del paseo fue en aumento
con el correr de los años y sus edificios albergaron, entre otros, un
cuartel policial, el Centro Asturiano de La Habana, destacados cafés
como el Dindurra o el Aurora, y tuvo ilustres vecinos como Concepción
Arenal o el escritor José Caveda.
También fue elegida la zona para albergar importantes
acontecimientos, como las primeras ferias de muestras, o un hecho
histórico para la ciudad, pues en el centro del paseo se instalaron, en
1886, unas primitivas farolas para hacer las primeras pruebas de
funcionamiento del alumbrado eléctrico.
Pero el paseo de Begoña no se puede comprender sin Los
Campinos, una zona separada de los jardines por la calle de San
Bernardo. Entre 1929 y 1968 los gijoneses pudieron disfrutar de la
pérgola y los estanques que había diseñado Arturo Truán. La zona fue
totalmente reformada para erigir un monumento al Alférez Provisional,
que permaneció en pie algo más de 20 años. Ese espacio unía el conjunto
con la iglesia de San Lorenzo, construida entre los años 1896 y 1901,
aunque tuvo que ser profundamente reformada tras los bombardeos e
incendios sufridos en la guerra.
Pero el desarrollismo de los años 1960 también afectó al
paseo de Begoña y se eliminaron una parte importante de los jardines
geométricos y en la década siguiente se partió el paseo a la mitad para
dar continuidad a la circulación de vehículos por la calle de Covadonga.
En 1992 se decidió acometer una profunda remodelación del
paseo de Begoña. Bajo la dirección del arquitecto Joaquín Aranda
Iriarte, intervino un equipo integrado por José Manuel Espina, Carlos
Viñuela y Javier Hernández Cabezudo, para procurar una nueva
organización espacial y recuperar el esquema funcional del paseo y todos
los elementos históricos, como el estanque, los quioscos y la vieja
pérgola de Los Campinos. Pero se quiso aplicar de una forma moderna, con
la incorporación de árboles como hileras de cerezos japoneses, robles
americanos o falsos plátanos, entre otros. Tampoco se olvidaron de los
juegos infantiles, aunque en una zona más apartada, ni de la integración
de elementos artísticos, como esculturas (dos obras de Joaquín Rubio
Camín, 'Obelisco' y 'Génesis') y un mosaico en el pavimento denominado
'Alegoría de la historia del teatro', de Mabel Álvarez Lavandera y
Ricardo Rodríguez Deus, que sirve de antesala al teatro Jovellanos. Otra
aportación fue la fuente popularmente conocida como 'el anzuelo', de
José Manuel Espina, que Joaquín Aranda asegura que fue concebida como
una cueva de la que manaba agua por una pendiente.
Hoy es uno de los lugares preferidos por los gijoneses.
Sus jardines son testigos de tranquilos paseos, citas nerviosas y
sonados festejos. Pero no siempre fue así. El paseo de Begoña tuvo una
época en la que no dejaba de ser una pequeña colina coronada por una
capilla y un calvario dedicado a la virgen del mismo nombre. El
desarrollo industrial hizo que importantes fábricas se instalaran en su
entorno y, posteriormente, todo el espacio fue engullido por la
urbanización señorial decimonónica.
Los actuales jardines pasaron por numerosas
remodelaciones y en la actualidad se enfrenta a la enésima. El proyecto
para ampliar el aparcamiento que ocupa toda la longitud del paseo hará
que desaparezca uno de los elementos que en los últimos años se había
convertido en punto de encuentro, la fuente conocida como el 'anzuelo'.
Pero es que Begoña fue testigo de gran parte de la vida de la ciudad.
Podemos remontar su historia hasta 1650, cuando se
construyó lo que sería la primitiva capilla de Begoña, en el llamado
callejón de La Perseguida, aunque fue demolida para construir otra
nueva.
Que organices tu esti tinglao¿¿,...ta muy guay
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EliminarSi, lo hago yo
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